@egodoyvallejos
Enviado especial a Estados Unidos
Rodrigo De Paul y Leandro Paredes saltaron al campo de juego del NRG Stadium de Houston pasadas las 18.30 (hora local) para cumplir con la religiosa cábala de los caramelos. Los pocos hinchas que estaban ingresando a las tribunas los detectaron y saludaron. Los jugadores, cual ritual innegociable, saludaron y sonrieron con los simpatizantes. Esa práctica cumple 3 años exactos, dado que comenzaron a hacerla justo en el partido ante Ecuador, por los cuartos de final de la Copa América de 2021.
Leandro Paredes y Rodrigo De Paul están en el campo de juego del NRG Stadium de Houston con la cábala de los caramelos pic.twitter.com/wfDUx2lEO5
— Todo Fútbol (@TodoFutbolcomar) July 4, 2024
Una rato antes de cada partido, al hacer el reconocimiento del terreno, los volantes de Atlético Madrid y Roma son los primeros en aparecer. Una vez que llegan al círculo central, empiezan a comer golosinas mientras charlan entre ellos y se toman fotografías con los hinchas.
La costumbre comenzó en épocas de la Copa América de Brasil 2021, cuando Emiliano Martínez introdujo los caramelos en la concentración de la Selección Argentina y, como todos comían, Cecilia Borel, quien trabaja en la parte de comunicación de la agencia de Gustavo Goñi, gestionó el ingreso de varias cajas al búnker de la AFA en épocas donde los protocolos de Covid-19 eran estrictos.
De Paul, Paredes y el Papu le "robaron" un puñado de caramelos al Dibu de las habitaciones y, en la previa del choque ante Ecuador por los cuartos de final, fueron los tres primeros en salir al campo de juego. Al concluir el encuentro con goleada 3-0 sobre el elenco de Gustavo Alfaro, repitieron en la semi con Colombia y en la final ante Brasil, donde se coronaron campeones en el Maracaná y cortaron una racha de 28 años sin títulos.
El éxito de la cábala continuó durante las Eliminatorias Sudamericanas, donde la Selección Argentina no perdió ningún partido, invicto que mantuvo hasta el debut en el Mundial de Qatar 2022 ante Arabia Saudita, donde fue difícil llevar las golosinas, por lo que el Dibu Martínez envió el mismo mensaje: su hermano Alejandro le hizo llegar los dulces para sostener la costumbre, que se repite aún después de ser campeones del mundo.
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