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Preocupa Bilardo: "“A veces confunde a la mujer con la hija y la hija con la mujer”

El DT campeón del mundo en México 1986 tiene una enfermedad irreversible. Los detalles.
15/07/2025

Carlos Salvador Bilardo atraviesa un complejo cuadro de salud, y su situación genera una enorme tristeza entre quienes compartieron años de trabajo, afecto y logros deportivos con él. Uno de ellos es Miguel Ángel Lemme, su fiel ladero durante décadas, quien expresó con crudeza y ternura cómo vive cada encuentro con el exentrenador campeón del mundo en 1986.

“Estuve el sábado con él, estuvimos merendando. Luego vino la hija, Daniela, con los nietos. Yo me quedé un ratito más. Pero cuando viene la familia yo me voy. Está bien, pero la enfermedad que tiene no es recuperable. Yo siempre lo veo bien”, contó Lemme en diálogo con Radio Villa Trinidad. 

Sin embargo, admitió que el deterioro cognitivo es cada vez más notorio: “A veces confunde a la mujer con la hija y la hija con la mujer”.

A pesar de la tristeza que le genera ver a Bilardo así, Lemme no puede alejarse: “Yo dije, hará más o menos dos años, año y medio, que cuando no me conozca no voy más. Pero es más fuerte que yo. Lo quiero tanto que quiero estar al lado de él, porque él tuvo un montón de gente para llevar y siempre me buscó a mí. Y ahora no lo voy a dejar ni loco. No le suelto la mano ni loco. Él no me la soltó a mí y yo ahora no se la suelto a él ni loco”.

La rutina cambió con el tiempo. De visitarlo casi a diario, ahora solo va dos o tres veces por semana. “Me hace mal. Sinceramente, me hace mal. Tomo un café, le hablo. Por ahí nada, pero bueno”, relató con tristeza. Y compartió un detalle entrañable: “Entro cantando ‘Es el equipo del Narigón’. Siempre lo mismo. Le canto, lo abrazo, lo beso. ¿En qué anda Carlos? Después le digo chau y me dice ‘¿te vas?’ Y si usted está dormido”.

Qué enfermedad le diagnosticaron a Carlos Salvador Bilardo

Bilardo fue diagnosticado antes de la pandemia con síndrome de Hakim-Adams, una enfermedad neurodegenerativa también conocida como hidrocefalia de presión normal, que afecta la movilidad, el habla y la memoria. Su hermano Jorge contó en otras oportunidades que Carlos “nos reconoce, eso sí. Pero no se puede mantener una conversación larga. Habla poco”.

Para Lemme, cada despedida es una carga emocional que cuesta sobrellevar. “A veces, me vuelvo llorando. Camino 21 cuadras hasta mi casa, y muchas veces llego destruido”, confesó, con la voz quebrada por el cariño y la tristeza.

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